Microsoft Word - Cartilla EL EJERCICIO DEL MANDO 2025 25 nov
Algunos críticos consideran que las necesidades no son rígidas, es decir, alguien puede situarse en un punto intermedio de la pirámide o volver a su inicio, sin embargo, es una buena herramienta para entender lo que es la motivación. En la Armada también existe esta escala. La institución se preocupa de las necesidades básicas del personal, entregando rancho, salud, bienestar y sueldo. También se preocupa de la seguridad de la familia cuando un marino está navegando, entendiendo que las personas rinden cuando este aspecto no está cuestionado. Se preocupa de las necesidades sociales al motivar al grupo con su sentido de pertenencia, ya sea a través de una piocha o una tenida especial. Por otro lado, se preocupa de la autoestima de su gente, con los reconocimientos generales o individuales, como una condecoración. Finalmente existe la posibilidad de auto realizarse o desarrollarse, con cursos o capacitaciones que entrega la institución para los mejores. Es en estos dos últimos puntos donde incide mayormente la función del Oficial de División, preocupándose por su gente para que se auto realice, efectuando buenas calificaciones, reconociendo los logros de cada uno y buscando la estima de cada persona. Pero también este Oficial se debe preocupar o supervisar que su gente reciba adecuadamente sus necesidades básicas, de seguridad y social. La motivación es parte ineludible en el ejercicio del mando, y aquel que no motiva y por el contrario logra una actitud adversa del grupo en pos de los objetivos planteados, está ejerciendo en muy mala forma sumando. El conocer a su gente, lograr la confianza o motivarlos son elementos que ayudan a formar un equipo, sin embargo, un buen estado de ánimo del grupo de trabajo es una consecuencia de todo lo anterior que aporta a lograr verdaderos equipos de trabajo. Es obvio que, si no se confía en el Oficial a cargo o no se está motivado, los subordinados no estarán con un buen estado de ánimo y la moral del grupo descenderá. Pero todavía no se ha logrado formar un equipo de trabajo. Se tiene lo básico, gente motivada y con su moral en alto, por lo tanto, hay un grupo contento y con ganas de trabajar, pero tal vez no hay todavía unión. El camino está casi hecho, pero ahora falta que el líder cohesione este “grupo” de gente para que se forme un equipo. Una buena manera para poder cohesionar es que cuando se definen los caminos a lograr, que cada persona debe percibir que los objetivos son propios y de todos a la vez. Junto con lo anterior, cada persona debe sentir que el esfuerzo personal es vital para lograr el objetivo planteado por el líder y, por lo tanto, que se sientan parte del grupo humano y que su esfuerzo es tan necesario como el del líder. Finalmente existe un fenómeno, en la conformación de un equipo de trabajo, que se pude definir como una causa justa . Este aspecto incluso podría ser el único detonante para formar un equipo, incluso con gente desmotivada y con conductores de gente sin capacidad de liderazgo. El formar un equipo para ayudar a la comunidad en una catástrofe es un claro ejemplo de lo anterior.
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