Orientación Profesional Manual para Cadetes 2013 - Armada de
norte, cayendo Valdivia en sus manos el 4, día que el Lord británico, secundado por chilenos que lo seguían con fe ciega, comenzó a cubrirse de gloria. LA EXPEDICIÓN LIBERTADORA La ambición de Chile era vencer a España en el corazón del virreinato, es decir en Callao, destino hacia el cual zarpó de Valparaíso el 20 de agosto de 1820, una escuadra integrada por ocho buques, cuyo tonelaje fluctuaba entre 220 y 1300 toneladas, contando con 247 cañones y 1.798 tripulantes. Sus jefes eran extranjeros, tal como lo indican los apellidos Wilkinson, Crosbie, Guise, Forster, Casey, Spry, Carter y Prunier, quienes comandaron el navío “San Martín”, las fragatas “O’Higgins” y “Lautaro”, la corbeta “Chacabuco”, la goleta “Moctezuma” y los bergantines “Galvarino”, “Araucano” y “Pueyrredón”. En Callao, la pericia, talento y audacia fueron una vez más los factores de triunfo que, la noche del 05 de noviembre, permitieron abordar y capturar la fragata “Esmeralda”, aquélla escapada a Turner años antes. Previo a esta acción, Cochrane pronunció una breve y enardecedora arenga: “El momento de gloria se acerca y espero que los chilenos se batirán como tienen por costumbre, y que los ingleses obrarán como siempre lo han hecho en su país y fuera de él”. En media hora el buque fue capturado, siendo Cochrane el primero en abordarlo, pese a caer desde lo alto sobre un bote, tras lo cual regresó a la cubierta hispana instando a su gente a no dejar la fragata. A comienzos de 1823, ese hombre dotado de especiales cualidades de liderazgo decidió emigrar a otros países, donde se le entendiese mejor; para entonces ya había dejado una semilla indestructible: el espíritu combativo de la Armada chilena. NUEVAS CAMPAÑAS NAVALES Reasumido el Mando en Jefe por el Almirante Blanco Encalada, correspondió a éste conducir las operaciones navales en 1837, durante la primera campaña restauradora, llevada a cabo por Chile contra las fuerzas de la Confederación Peruano -Boliviana, expedición a la que el tratado de Paucarpata puso transitorio punto final. Regresadas nuevamente nuestras naves al Perú, al mando del Capitán de Fragata Roberto Simpson, y
más tarde a las órdenes del Capitán de Navío Carlos García del Postigo, el último de los nombrados tuvo como tarea en 1838 la de transportar las tropas del General Manuel Bulnes. La segunda campaña de las que Diego Portales pensó era necesario realizar para eliminar el peligro confederado, culminó en el mar el 12 de febrero de 1839, con la batalla de Casma, ocasión en que las naves chilenas derrotaron a las peruanas que mandaba Blanchet, un corsario francés, y en tierra, con el triunfo obtenido por los soldados del General Bulnes el 20 de enero de 1839 en la batalla de Yungay. Con la paz vino el desarme, y con el desarme la venta de buques, quedando Chile sin capacidad de disuasión; sin embargo, quedó el espíritu naval y marino impregnado en el alma nacional, siendo así como en 1858 ingresaría a la Escuela Naval el “Curso de los Héroes”. LA GUERRA CONTRA ESPAÑA Circunstancias que quizá hasta hoy día resultan ser incomprensibles, condujeron a que una escuadra europea, en 1866, bombardeara costas americanas, como ocurrió con Valparaíso, hecho que culminó la situación bélica comenzada en 1865, cuando una escuadra española bloqueó el puerto el 17 de septiembre. La causa inmediata de esta nueva guerra fue el espíritu americanista, que surgió ante un problema originado en territorio peruano por una escuadra hispana. En el conflicto generado por la ocupación de las islas Chincha del Perú, le correspondió cubrirse de fama al Capitán de Fragata Juan Williams Rebolledo, hijo del marino que, en septiembre de 1843, en nombre de Chile, tomó posesión del Estrecho de Magallanes. En Papudo y bajo el mando de Williams el 26 de noviembre de 1865, la corbeta chilena “Esmeralda” capturó a la goleta “Virgen de la Covadonga”, nave que cambió su nombre a “Covadonga”, produciéndose dos meses después el combate de Abtao en que buques chilenos y peruanos se batieron contra naves hispanas. Para Chile la guerra terminó el 31 de marzo con el bombardeo de su primer puerto comercial y la pérdida de la totalidad de su Marina Mercante, consecuencia de no contar nuestro país con una flota moderna para proteger sus intereses. LA GUERRA DEL PACÍFICO Repotenciada nuestra Escuadra, durante la década del 70, con los blindados “Almirante
10 Capítulo Uno El Poder Naval Chileno
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