Orientación Profesional Manual para Cadetes 2013 - Armada de
se le asigna un elevado valor; posee la importante particularidad de que crece sólo junto a un ideal, en las personalidades capaces de tenerlos y capaces de realizarlos. Sus efectos se manifiestan por un impulso de acción efectivo e irresistible, que no cesa hasta la realización de este ideal. EL ESPÍRITU RELIGIOSO Los miembros de las Fuerzas Armadas, por vocación y compromiso personal, están destinados al servicio del bien común y por sus propias virtudes militares, entienden y comprenden que Dios es el origen de la autoridad y tiene un profundo sentimiento religioso de la disciplina. No es posible concebir un buen marino, si, a la vez, no es un buen cristiano, puesto que Dios es la fuente primera de todo cuanto existe. El hombre de mar posee un profundo sentimiento religioso, que lo hace implorar la protección de Dios por los continuos riesgos de la vida marinera y porque en la inmensidad y soledad del mar, lejos de sus seres queridos, lo inducen a elevarse a Dios. LA FAMILIA Para el hombre de armas, existe una trilogía que lo arraiga a los más altos y nobles valores de cualquier Sociedad: Dios, Patria y Familia. Dios brinda al ser, la fuerza espiritual que mueve al hombre a luchar por el bien, conciente
de que su voluntad y razón están bien asistidas cuando a Dios confían y acuden en busca del consejo tantas veces requerido. La Patria está constituida por un elemento físico,el territorio; un elemento humano, la sociedad civil establecida en el territorio y un elemento psicológico, las tradiciones ligadas a ese territorio y a esa sociedad en que él habita. La sociedad civil está formada por el pueblo, que es un conjunto y conglomerado de seres con cualidades físicas, intelectuales, morales y carácter propio, a quienes unen lazos de sangre que vienen de padre y madre, hermanos y abuelos, es decir, de su Familia, la que, por ende, resulta ser base y núcleo fundamental de nuestra sociedad. Existe una gran semejanza entre la familia y las organizaciones militares, siendo en ambas, necesaria una firme y justa autoridad. Residiendo tradicionalmente ella en la persona del Padre, no puede ser completa sin contar con la entera y cariñosa complementación de la Madre, resultando ambos seres el origen de toda vida social y familiar. En la Familia, el principio de autoridad debe ser ejercido por quienes corresponde con plena mezcla de cariño y constancia, de recto juicio y sana inspiración, de energía y amor, de severidad y paciencia.
201 Moral Naval Militar Capítulo Dieciocho
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