Orientación Profesional Manual para Cadetes 2013 - Armada de
Voces de mando . Las voces de mando deben ser positivas, dadas en un tono de voz que no deje lugar a dudas de su ejecución, siendo necesario mirar a los ojos de los hombres cuando se les manda. Ellas se van haciendo familiares como resultado de su constante empleo. Las situaciones que originan voces de mando pueden presentarse sin aviso previo. Por ejemplo, un Oficial pasa ronda por el buque y descubre un principio de incendio en el Pañol de Inflamables, puede ordenar, en ese caso, a quien se encuentre próximo: “Informe al Oficial de Guardia que hay un incendio en el Pañol de Inflamables”, y a otro hombre: “Traiga el extintor más próximo”. Cualquiera que reciba una de estas voces de mando, no tiene otra alternativa que hacer inmediatamente lo que se le dice y sin discusión. Tanto para dar órdenes como para corregir errores de procedimiento en el cumplimiento de éstas o en otras situaciones del servicio, existen algunas técnicas. Técnicas para dar voces de mando - Explicar lo que quiere que se haga, no cómo debe hacerse. - Crear la sensación de que está diciendo “Vamos a hacer” y no “Hay que hacer”. - No recurrir al nombre de un superior para dar más peso a la orden. - No criticar a otro Oficial o a otra agrupación delante de sus hombres. - Mantener informado a los subordinados, de manera que experimenten la sensación de participación. - Usar la palabra “nosotros” en lugar de “yo”, siempre que sea apropiado y posible. - Reconocer el mérito de los subalternos, cuyas ideas han causado progreso. - No amenazar con castigos para hacer cumplir una orden. Técnicas para reprender o fiscalizar - Elogiar en público; censurar en privado. - Disciplinar al individuo que corresponda y no al grupo. - Evitar la actitud despótica o altiva. - Tener en cuenta si la falta de disciplina ha sido intencional. - Considerar la hoja de vida del personal. - Ser imparcial, consecuente y humano. - Nunca aplicar un castigo severo por faltas leves
de la fe o de la confianza en una campaña, invariablemente es seguido de un relajamiento de la moral, de la desmoralización, desinterés, desintegración y derrota. El Oficial que cree con firme voluntad en el servicio, la flota, su buque, su Comandante, su división y en él mismo, verá su actitud reflejada en el comportamiento de sus hombres, es decir, contribuirá en gran medida al logro del bien común. - Valor y decisión . Hay dos clases de valor, el valor físico y el valor moral, siendo el primero, el más común de los dos. Valor es algo material y existe solamente cuando el carácter de la persona es lo suficientemente fuerte como para evitar el instinto del miedo, previniendo que este instinto se apodere de él. No existe hombre que no sienta el miedo, siendo necesario al marino poder controlarlo, ya que en caso contrario, podría amenazar a la seguridad y eficiencia del buque. Valor moral es aquel que sostiene a los hombres en las crisis mentales, que requiere entereza y nos hace de una cualidad de confianza, en todos los trances. El valor moral llevará al hombre a admitir sus errores, una vez convencido de que está equivocado. Nadie seguirá con voluntad a un líder que carezca de valor, ni tampoco esperará triunfar si es consciente de su propia debilidad moral. Por lo tanto, el líder y sus hombres, deben tener ambos confianza en que el primero posee valor y fuerza de carácter, así como control de sí mismo y capacidad para un juicio razonable en momentos de crisis. La forma de miedo más común en el servicio no es el miedo físico de ser herido, sino el miedo a la reprobación. TÉCNICAS DE MANDO Existe un gran número de técnicas basadas en principios bien establecidos que pueden ser empleados para mandar al personal y que han sido puestas en práctica durante generaciones con buenos resultados. Sin embargo, suele ocurrir que aun conociéndolas, no sepamos cuál, cómo y cuándo poner en práctica cada una de ellas. Todo acto de mando debe hacer sentir al subordinado que mientras se desempeña al máximo de su capacidad como tal, estará seguro y sus esfuerzos serán reconocidos, existiendo un gran número de técnicas que puede utilizar el “conductor” para alentar estos sentimientos, los cuales constituyen el principal motor del cumplimiento del deber.
220 Capítulo Diecinueve Mando y Liderazgo
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