Orientación Profesional Manual para Cadetes 2013 - Armada de
A las canciones propiamente militares y de marciales sones, se unen otras que hablan de camaradería, festejo o simplemente amistad, tal como la que nace al seno del cálido ambiente que genera una reunión de amigos que se congregan para recibir a quienes llegan de lejanas latitudes al término de una larga singladura.
Muchos momentos de los vividos a bordo de naves de la Marina de Guerra o en cuarteles y regimientos de Unidades del Cuerpo de Infantería de Marina, constituyen fructífero alimento del espíritu toda vez, que en la acción de evocar el tiempo ya vivido, encontramos “una serena complacencia o deleite”, tal como otrora bien lo expresó Cicerón.
“Himno Nacional”
Letra: Bernardo Vera y Pintados y Eusebio Lillo Música: Ramón Carnicer
Nacida el 29 de septiembre de 1819, su primera letra fue compuesta cuando aún palpitaban las odiosidades de una guerra independentista contra la dominación española, razón por la que, cuando España firmó la paz con Chile, en 1847, el presidente Manuel Bulnes encargó una letra menos ofensiva hacia la Madre Patria. El joven escritor de mediados de siglo tuvo la suerte de ver afianzada, en el corazón de sus conciudadanos, la letra y espíritu del himno que para su Patria desea prosperidad y desarrollo, basados en el amor y valentía de sus hijos, los que al escucharla de pie, descubren sus cabezas y la entonan con emoción, ofreciendo a Chile la promesa de hacer de su suelo una tierra de hombres libres contra las opresiones. Coro
Dulce Patria, recibe los votos con que Chile en tus aras juró que o la tumba serás de los libres o el asilo contra la opresión. I Ha cesado la lucha sangrienta; ya es hermano el que ayer invasor; de tres siglos lavamos la afrenta combatiendo en el campo de honor. El que ayer doblegábase esclavo hoy ya libre y triunfante se ve; libertad es la herencia del bravo, la Victoria se humilla a su pie. II Alza, Chile, sin mancha la frente; conquistaste tu nombre en la lid; siempre noble, constante y valiente te encontraron los hijos del Cid. Que tus libres tranquilos coronen a las artes, la industria y la paz, y de triunfos cantares entonen que amedrenten al déspota audaz. III Vuestros nombres, valientes soldados, que habéis sido de Chile el sostén, nuestros pechos los llevan grabados; los sabrán nuestros hijos también. Sean ellos el grito de muerte que lancemos marchando a lidiar, y sonando en la boca del fuerte hagan siempre al tirano temblar.
292 Canciones y Poemas del Mar de Chile Capítulo Veinticinco
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