Orientación Profesional Manual para Cadetes 2013 - Armada de
para con la Patria y la Institución, fomentando el espíritu de cuerpo, instruyéndolo en las medidas de higiene y aseo personal, ayudándolo a resolver sus problemas personales y familiares y cooperando con todo su esfuerzo e inteligencia para hacer de ellos, hombres sanos de alma y cuerpo, así como también, profesionales aptos para desempeñar la misión que les corresponde en la Armada. Por sobre todas las cosas, el Oficial de División es guía, líder, consejero y supervisor, dependiendo de su capacidad de mando, liderazgo y gestión, el cumplimiento de la misión de modo integral. Además de ser accesible, debe encontrar el tiempo para ejercitar diariamente y en forma casi constante, una acción directa y establecer un contacto personal con sus hombres. Debe estar en total conocimiento de las tareas, trabajos y capacidades de su personal, es directamente responsable de que un trabajo se ejecute correctamente y ser claro en sus instrucciones. La forma en que ejecute su trabajo, en que transmita las órdenes de sus superiores, su entusiasmo o falta de él, contribuirá a la cooperación y espíritu de cuerpo del personal de su división. Debiendo esforzarse para lograr el conocimiento del personal de su División y mantener continuo interés por el bienestar de sus subordinados. No es suficiente que las órdenes del Oficial de División parezcan sensatas y necesarias, lo que realmente aumenta o disminuye la motivación del personal es la capacidad de mando que tiene dicho jefe. Uno de los trabajos más importantes del Oficial de División es el de supervisar el programa de entrenamiento de su personal, entrenamiento que debe ser continuo para lograr y acrecentar el rendimiento y eficiencia del equipo. Las obligaciones y deberes del Oficial de División con su personal pueden resumirse en la siguiente forma: a. Entrenamiento Debe dirigir personalmente la instrucción, movimientos y ejercicios militares y marineros del personal que compone su División, siendo parte de su responsabilidad también, el dar especial atención al entrenamiento en deberes divisionales de los Oficiales Subalternos, Suboficiales y personal que está bajo sus órdenes. A todos les debe dar la más completa responsabilidad, constituyendo una buena política que el Oficial de
División consulte a sus Suboficiales más antiguos cuando redacte informes y evalúe la eficiencia del personal a su cargo. b. Conocimiento de su personal Debe conocer los nombres y cualidades de cada uno de sus subordinados e imponerse de su capacidad, de su competencia, de su conducta y de su carácter, de sus problemas familiares y personales, todo ello con el fin de asignarlo en los puestos donde su acción produzca el mayor rendimiento para el servicio. Disciplina del personal La acción correctiva es una responsabilidad inherente a la función del conductor. No puede eludirse ni ser delegada sin grave perjuicio de las cualidades propias de un buen líder. Utilizar el castigo como arma, es manifestar el fracaso de un conductor, como también eludir la responsabilidad de su aplicación siendo tolerante. La acción correctiva se decide después de una investigación acuciosa, en la cual se han considerado cuidadosamente los hechos pertinentes, la gravedad de la falta y las repercusiones que tendrá en el servicio. La mala conducción se evidencia en la actitud de los subordinados, que saben que son castigados injusta o antirreglamentariamente por un Oficial joven, que no posee el criterio suficiente para evaluar la situación en forma ecuánime. El Oficial subalterno, cuando se hace cargo de una División, dispone de variados métodos de acción. Estos métodos se pueden encontrar en los campos del elogio y la reprobación. El elogio o felicitación debe ser público y verdaderamente merecido. Es más eficaz cuando se hace en forma espontánea e inmediatamente después de la ocasión que lo motiva, como es por ejemplo, destacar el desempeño de un hombre después de un arriesgado salvamento o de un excelente desempeño en ejercicios o zafarranchos. Al igual que el elogio, la reprobación o llamado de atención debe ser cuidadosamente considerada y estudiada y no hacerla en un momento de arrebato, debiendo ser efectuada en privado. La represión debe ser acompañada de una explicación y de un consejo para mejorar su comportamiento. Cada individuo debe ser tratado de acuerdo con su personalidad y carácter para que esta llamada de atención sea efectiva. No tema escuchar o aceptar sugerencias; todo buen conductor lo permite.
164 Capítulo Trece El Hombre de Mar Embarcado
Made with FlippingBook Ebook Creator