Orientación Profesional Manual para Cadetes 2013 - Armada de

Trayendo a la memoria el caso de dos destructores de un mismo diseño y de igual construcción, que en una antigua marina fueron entregados en el mismo astillero y en el mismo día, se dice que uno estaba al lado del otro antes de la entrega y fueron tripulados con unas pocas horas de diferencia, existiendo aproximadamente el mismo número de oficiales y marineros en los dos buques y siendo sus Comandantes del mismo curso. Sin embargo, al poco tiempo, una de las naves estaba muy bien organizada, limpia, eficiente y capacitada para entrar en acción en cualquier momento, su tripulación estaba “doctrinada” en tanto, la otra, presentaba una organización defectuosa, estaba constantemente mal tenida, su tripulación era bulliciosa e indolente y sufrió constantes sanciones. No existe un “único” camino concreto para el correcto mando, puesto que su ejercicio exige no sólo habilidad superior, sino también trabajo arduo, una vida sincera y una alta consideración por la justicia y la individualidad. Nuestra Historia Patria tiene hombres cuyo éxito y fama descansan sobre su poder individual para conducir, siendo un ejemplo de ellos Arturo Prat, quien fue poseedor de cualidades que le permitieron alentar a sus hombres y encender en su espíritu la determinación de vencer. He aquí un líder y conductor de hombres. La experiencia ha demostrado que existen ingredientes fundamentales para mandar, para liderar hombres, los cuales debemos aprender en la Escuela Naval. Nuestra Institución podrá aceptar que el joven Oficial tenga poca experiencia en la mar, y que en principio no domine los equipos a su cargo, pero de ninguna forma le podrá eximir del hecho que es un Oficial, desde el momento mismo que se gradúa como tal. La misión de conducir hombres hay que asumirla resueltamente, sin demoras ni titubeos, pues obliga a todos los sacrificios, a adivinar en cada momento cosas no sujetas a pautas; a obrar bajo nuestra propia responsabilidad, sin desaliento ni cobardía. Si el Oficial manda, es porque la Patria espera de él que los hombres que pone bajo su mando, sean conducidos con máxima competencia. Se dice que no existe una buena tripulación o una mala tripulación, ni una buena o una mala división, pero que sí existe un buen o mal Comandante, un buen o un mal Oficial de División.

“No he venido aquí a encontrar dificultades, he venido a solucionar los problemas que se presenten”. El Oficial de Marina debe ser un profesional competente, para lo cual requiere poseer una vasta cultura y un amplio conocimiento de conjunto. Sin necesidad de inmiscuirse en determinadas materias técnicas ajenas a su especialidad, debe dominar los aspectos básicos de su profesión y los detalles de la especialidad, teniendo presente que lo que vale en los hombres es su espíritu, lo demás se soluciona con una capacidad normal. Cochrane en la torna de la “Esmeralda” en El Callao, hace ya muchas décadas expresó que “con la marinería chilena sería capaz de efectuar las acciones de guerra más difíciles y audaces”. El futuro Oficial tiene la obligación de prepararse para conducir eficazmente a su gente y así mantener esta antigua tradición de la Armada de Chile. Tratando de ser fieles con el viejo aforismo: “Los hombres pasan, las Instituciones permanecen”, quienes con el tiempo tendrán en sus manos el porvenir de una Armada que ha sido gloriosa en la Guerra, y que en la Paz es garantía de la Institucionalidad de la República, deben saber ser buenos comandantes y mejores líderes. NECESIDAD DEL MANDO Misión de todo Oficial Es imprescindible, antes de iniciar el análisis de la práctica y ejercicio del mando, dejar bien asentado lo que se supone es un Oficial y cuál es su cabal significado. Es preciso establecer la escala de valores por la que se debe regir todo uniformado de cualquier institución, siendo su calidad de Oficial de Marina, lo primero a considerar. Ser Oficial de Marina significa ser un conductor de hombres, es decir, un hombre responsable y capaz de mandar a un grupo de personas, siendo por esta razón que se le da el nombre de Oficial, y que se le coloca en primer lugar en la escala jerárquica de un determinado escalafón, en el que existen personas dotadas de un cierto grado de conocimiento de una especialidad que podrá ser más o menos técnica, dependiendo de la repartición en que se desempeñe, a quienes el Oficial deberá mandar, y por quienes deberá responder las veinticuatro horas del día.

205 Mando y Liderazgo Capítulo Diecinueve

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