Orientación Profesional Manual para Cadetes 2013 - Armada de

Mando Recordando que la principal misión del Oficial es conducir hombres, es decir, mandar, y que “los hombres y no los buques son los que pelean”, diremos que existen varias definiciones para el concepto de mando. Una de ellas dice que es aquel “Arte profesional del Oficial para dirigir, guiar o inspirar a un grupo de hombres hacia el logro de un objetivo”; otra, que “Mando es el arte de influenciar el comportamiento humano a la habilidad para conducir gente en una forma tal, de obtener su obediencia, respeto, lealtad, cooperación y confianza”, existiendo una tercera que reza que tal concepto se refiere al “Arte de imponer la propia voluntad sobre la de otros, de una manera tal, que se domine su obediencia, respeto y leal colaboración”. En lenguaje corriente puede decirse que es la “facultad que capacita a un hombre para manejar a otros hombres”. Ésa es la tarea principal del Oficial de Marina. Don de Mando Es la cualidad, inherente o adquirida, que permite a una persona obtener la ayuda y obediencia de sus subordinados, más bien por medio de la voluntad de ellos, que con la intervención de la fuerza. El don de mando se define como la habilidad para mandar o como la capacidad de mando. Para estudiar este don, lo primero que debemos apreciar es que no se trata de una materia exacta como las matemáticas, que pueden ser aprendidas en un libro, sino que se adquiere producto del esfuerzo personal por aprender y estudiar. Conocer y comprender las cualidades o características que debe poseer un Oficial para adquirir el don adecuado para ejercer el mando, requiere que el cadete aprenda previamente varios conceptos relacionados con el tema, los que paulatinamente lo llevarán a la comprensión de dichas cualidades que se analizan al final del capítulo. Autoridad Es la facultad que tiene una persona sobre otra, para imponerle una determinación suya de carácter obligatorio. La autoridad brota de las reIaciones humanas, no existiendo en el Reino Animal, y correspondiéndole sólo al hombre, ser dotado de

capacidad racional, ejercerla y acatarla, comprender y aceptar sus determinaciones. Se justifica la existencia de una facultad en todo grupo humano, para coordinar sus actividades con miras a su máximo rendimiento, o bien, para ordenar jerárquicamente una sociedad, estableciendo una autoridad legítima con derecho a mandar lo más conveniente al bien general social. Desde el punto de vista castrense, este concepto va más allá, ya que concebimos la Patria no como un contrato social al que se puede renunciar, sino como un principio, del cual las Instituciones Armadas son su garantía.Por ello, el arraigo de la autoridad y disciplina en nuestra Institución es profundo y riguroso, pues en ello va nada menos que la columna vertebral de la Nación misma. El límite de la autoridad va a estar fijado por el bien común, elemento que justifica su existencia. Para promover y conseguir ese bien común, la autoridad se apoyar en dos factores: La Fuerza y la Justicia. La Fuerza es el medio por el cual la autoridad ejerce su poder, asumido según lo establecido en las leyes y reglamentos, teniendo ella el deber de hacerlos cumplir para el logro del bien común. La Justicia, que significa dar a cada cual lo que le corresponde, será el otro pilar que debe considerar la autoridad. Sin Justicia no será posible conseguir la meta del bien común. Por lo tanto, la autoridad debe discurrir en el equilibrio de Fuerza y Justicia, de forma que será más fuerte y más auténtica cuando estos dos factores se robustezcan de una forma armoniosa. Cuando prevalece la Fuerza sobre la Justicia, la autoridad se convierte en autoritaria o en tirana, y si la Fuerza se debilita, la Justicia es impotente para cumplir sus fines. La experiencia ha demostrado que a los hombres no les gusta una autoridad débil, la desprecian, surgiendo entonces una tendencia a buscar el bien individual. Se rompe el equilibrio de derechos y deberes de la comunidad. Se hacen inútiles esfuerzos por mejorar su situación, sucumbiendo al final el más débil. Por lo tanto, será más perjudicial la falta de autoridad que el exceso. El Oficial va a ejercitar la autoridad en un ámbito más concreto. La norma ya está dada, va a ser el que exigirá el cumplimiento de los reglamentos, pero ha de ir más allá y cuando el ámbito de aplicación sea más definido, continuamente la va a ejercer en diversas situaciones no previstas sujetas a normas.

206 Capítulo Diecinueve Mando y Liderazgo

Made with FlippingBook Ebook Creator